No importa si tengo pareja, no importa si no salgo con amigos, no importa si por redes sociales o mensajerías instantáneas me ignoran, pero soy feliz. Esto fue un pensamiento que debí haber tenido en 2017 y mucho antes.
Una vez más llega a mi mente que ser feliz NO es tener o estar en un grupo de gente, ser feliz es disfrutar lo que tenemos y lo que somos por que nuestra felicidad NO nos la hace quien nos rodea, nos la hacemos nosotros mismos, yo antes no era feliz era porque no quería, si pudiera volver a la década pasada con la mente que ahora tengo lo haría, porque el 2018 yo no lo viví, solo lo sobreviví y lo aguanté.
No hay que aprender a ser feliz, ser feliz no se aprende solo se es y ya, fui un bobo al pensar que la felicidad era estar rodeado de amigos y que siempre te ponían atención, pero ahora me doy cuenta que la felicidad está en uno mismo no en nadie más, por eso estoy como estoy por deprimirme por la soledad y quitármela con gente que me hicieron daño, que me exponían y me estancaron.
Se que todo lo que me pasó fue para que yo madurara pero la vida me sigue poniendo pruebas y nunca la paso, no me importa si la gente dicen que soy un anti social, pero no voy a estar buscando compañías que luego me hagan daño porque hay muchas ovejas mansas y que por dentro son lobos rapaces. He dicho esto en otras entrada pero es una lección que la vida me ha dado.
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